El ozono es un agente para la desinfección de ambientes reconocido por la OMS Organización Mundial de la Salud, la cual expresa unas concentraciones máximas de 0’1 ppm (0,2 mg/m³) para exposiciones de unas 8 horas de forma continuada. Siguiendo estas pautas o recomendaciones, el ozono es una técnica ideal para la desinfección de estos locales a fin de destruir agentes patógenos que hacen proliferar dichas infecciones sin necesidad de acudir a productos alterados o químicos que desprenden residuos o subproductos no deseados.
El alto poder oxidante del Ozono es el tratamiento más adecuado para la destrucción de bacterias, virus y/o gérmenes, además de permitir una oxigenación extra tras su descomposición molecular.