Uno de los más duros problemas a los que se deben enfrentar los profesionales de la limpieza es erradicar por completo el mal olor. Es así porque, incluso habiendo eliminado la fuente del olor desagradable, el hedor todavía persiste porque ha tenido tiempo de penetrar en alfombras, papel pintado, tapicería, cortinas, muebles…
Pero no todo está perdido. Existe un modo efectivo, rápido y seguro de acabar con los malos olores que siguen activos en el ambiente a pesar de haberlo limpiado. Hablamos de los generadores de ozono. Es una técnica que complementa perfectamente el proceso de limpieza, pero que no se debe usar ante personas y mascotas.
Estos son algunos consejos que los profesionales de la limpieza deberían tener presente a la hora de utilizar generadores de ozono.
Para que el generador de ozono sea efectivo aquello que provoca el olor ha de eliminarse primero.
Las máquinas de ozono oxidan las partículas que producen olor, dejando atrás el oxígeno puro. Solo con este proceso el hedor suele eliminarse por completo en una sola sesión.
Deben sellarse con seguridad las áreas donde esté en marcha una máquina de ozono.
Los generadores de ozono son eficaces para eliminar los olores de tabaco y de humo, así como todo tipo de olores causados por la pintura, la basura o el moho.
Las máquinas de ozono no son eficaces para eliminar partículas de polvo del aire o acabar con el humo.
Las máquinas de ozono tampoco enmascaran los olores, los eliminan.
Esta tecnología se puede utilizar en escuelas, oficinas, hospitales, barcos, coches y transporte público.
Las máquinas suelen ofrecer un nivel ajustable de salida de ozono, ya que algunos olores pueden requerir mayor aplicación de ozono que otros.
Para mayor seguridad, la máquina debe tener un temporizador programable que apague la máquina a una hora específica.
Lo ideal es dejar actuar a la máquina de ozono unos 30 minutos, para que su presencia sea efectiva, aunque el tiempo puede variarse según la magnitud de los olores o las dimensiones del área a desodorizar.