Lunes, 15 Junio 2020 07:34

El uso del ozono en el agua

Un desinfectante común en la industria de procesamiento de alimentos es el cloro. Esta sustancia se mezcla con agua, obteniendo agua clorada para usar como desinfectante. Se ha demostrado que algunos microorganismos como E.coli y Giardia pueden desarrollar resistencia al cloro a lo largo del tiempo. Esto se convierte en un gran inconveniente, porque resulta una herramienta menos eficaz de lo que se querría.

Otra desventaja que presentan tanto el cloro, como otras sustancias químicas, es el efecto que acaba provocando en los equipos fabricados con metales y madera. Los componentes de acero, expuestos constantemente al agua clorada, acaban acortando su vida útil, provocando un incremento en el coste de la producción debido a los elevados precios de algunos de estos equipos.

Por ejemplo, los barriles de vino de madera usados en la industria vinícola también acaban dañados por la agresividad de estos productos químicos. Los enólogos tienen especial cuidado en elegir barriles de madera de alta calidad para envejecer el vino. Esta madera puede dañarse o alterarse hasta el punto en que acabe por no servir para su propósito original.

Su aplicación en estado líquido

El ozono se puede disolver en el agua tal como puede ser el cloro y otros productos químicos. En muchas plantas ya se emplea el ozono acuoso, aplicado mediante sistemas de inyección de ozono, especialmente en la desinfección de productos alimenticios. El ozono acuoso se puede rociar sobre los productos dentro de la propia planta, de forma segura. El equipo, las paredes, el suelo, las bañeras, los drenajes, los tanques, los estantes, los cuchillos y las mesas se pueden rociar con ozono acuoso. Las tuberías cerradas también pueden desinfectarse perfectamente con ozono utilizando un sistema llamado Clean in Place (CIP) gracias a nuestros equipos generadores de ozono.

Un proceso en 2 pasos

Para llevar a cabo el saneamiento mediante el ozono, generalmente se requiere un proceso de dos pasos. Las superficies se limpian y las biopelículas (ese tipo de acumulación de los microbios del que hablábamos en un artículo anterior) se eliminan con agua caliente o un limpiador. Luego, el ozono acuoso se usa para desinfectar la superficie y destruir todas las bacterias, virus, hongos y esporas. No es necesario aplicar ninguna otra fase de limpieza tras el uso de ozono. De hecho, no es necesario ni siquiera enjuagar, puesto que el ozono no dejará residuos en la superficie. Esto, además de ser más efectivo, reduce el tiempo de limpieza, evita la corrosión de los materiales y logra un ahorro de gasto de agua.

El ozono se puede emplear a lo largo del día durante el procesamiento. Y dado que no hay peligro de dañar los productos, ante la ausencia de químicos nocivos y agresivos, el generador de ozono puede usarse tranquilamente para desinfectar los equipos, a medida que estos están en uso. Por lo tanto, el tiempo de inactividad se reduce, permitiendo que en la empresa puedan establecerse más horas de producción.

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